El silencioso respeto por uno mismo es la denominada autoestima. Lo cierto es que la mirada con la que nos juzgamos a nosotros mismos es sumamente importante en nuestro equilibrio psicológico y necesario para poder vivir en armonía con nosotros mismos. Para poder enfrentarnos a la vida, a los problemas, para poder desarrollarnos como personas, necesitamos tener algo tan imprescindible como confianza en nosotros mismos.
La autoestima va a influir en nuestra vida sentimental, familiar y profesional. Sin embargo no se trata de algo puntual ni de segura permanencia, debemos ir alimentándola progresivamente. Cuando nuestra autoestima es positiva nos permite actuar con una mayor eficacia, sentirnos bien con nosotros mismos y enfrentarnos a las dificultades del día a día. En el otro extremo, la baja autoestima genera sufrimientos que interfieren en la vida cotidiana. Por todo ello, dedicar tiempo al fomento y desarrollo de nuestra autoestima es uno de los ejercicios más fructíferos e inteligentes que existen.
Es importante diferenciar la alta autoestima del orgullo y la prepotencia. Saber ser humilde en muchas ocasiones no es un síntoma de debilidad o de baja autoestima. Lograr mantener un comportamiento asertivo, estar abierto a nuevas ideas, ser capaces de hablar de nuestros logros y fracasos de forma franca, ser flexible y abierto ante las críticas, poder reaccionar de forma tranquila y espontánea, son algunos de nuestros aliados.
En la misma medida, ser honesto con uno mismo, conocerse, aceptarse, silenciar la crítica interior, poder aceptar la idea de fracaso, ser una persona empática, ser capaces de afirmarnos,actuar y emplear el apoyo social, son algunas de las claves que influyen en el desarrollo de la autoestima. Algo muy cierto y que hemos escuchado muchas veces es que sólo podremos respetar a los demás cuando nos respetemos a nosotros mismos. Existe una evidencia muy grande de que cuanto mejor sea nuestra autoestima mejor vamos a poder tratar a los demás.
Finalmente, recordar una cita interesante: “Las personas frecuentemente dicen que esta persona no se ha encontrado a sí misma, pero el sí mismo no se encuentra, ES ALGO QUE UNO CREA”. (Thomas Szasz).
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