“Un niño fue a un circo con su padre y se quedó fascinado por un enorme elefante, de fuerza descomunal. Al terminar la función, el chico vio como el domador ataba una de las patas del animal a una pequeña estaca clavada en el suelo. Le sorprendió constatar que la estaca era un minúsculo pedazo de madera. “Papá ¿Cómo puede ser que el elefante no se escape? Le preguntó. Y su padre le dijo: “Porque está amaestrado” y si está amaestrado, insistió el chico. “¿Por qué lo encadenan?”. El padre no supo que decirle. Otro hombre que había escuchado la conversación, le reveló la respuesta. “El elefante no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que nació. Al principio trataría de soltarse, empujando con fuerza. Pero siendo un elefantito la estaca era demasiado resistente para él. Y así continuó hasta sentirse agotado, impotente, y finalmente, resignado. Ahora ya ni se lo plantea”.
Martín Seligman, psicólogo y escritor norteamericano investigó aquellos procesos por los que somos incapaces de reaccionar ante situaciones dolorosas. También intento buscar explicación al hecho de que algunas personas se den pronto por vencidas y otras perseveran y salen adelante. Seligman, desarrollo una teoría que en un principio sirvió para explicar el comportamiento animal, posteriormente se ha demostrado también su gran capacidad para explicar el comportamiento humano. La indefensión aprendida hace referencia a un estado psicológico en el que un sujeto se percibe incapaz de transformar o cambiar mediante sus acciones, la situación desagradable en la que se encuentra.
Una persona puede verse ineficaz para llevar a cabo determinadas conductas que pueden resultar beneficiosas para sí misma, por la simple creencia de que sus acciones no van a modificar o cambiar la situación actual. “Haga lo que haga esta situación no va a cambiar” .Si conocemos ciertos aspectos que ayudan a formar la indefensión, podremos descubrir estrategias para hacerle frente, por ejemplo: enfrentarnos a situaciones variadas de éxitos y fracasos nos hace más fuertes que enfrentarnos siempre a éxitos o siempre a fracasos. También el estilo atribuacional que tenemos desarrolla un papel importante, es decir, a qué atribuimos los fracasos y a qué atribuimos los éxitos. No es lo mismo pensar “ En esta ocasión he suspendido porque el examen ha sido bastante difícil” que “He vuelto a suspender, porque no soy una persona inteligente y nunca lo conseguiré”.
Muchas veces en la vida, tenemos que ” DESAPRENDER” ciertos patrones de conducta que nos impiden avanzar y no nos dejan desarrollar nuestras competencias y habilidades. Los rincones oscuros suelen tener alguna luz, es cuestión de buscar el interruptor, es probable que esté muy cerca y por quedarnos sumergidos en el mismo lugar no logremos encontrarlo.
“No es grande aquel que nunca falla, sino aquel que nunca se da por vencido”
“Utiliza tu imaginación, no para asustarte, sino para inspirarte a lograr lo inimaginable”
“La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado”.
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